8 de marzo de 2010

Andando

 


Tú y Yo. Dos caminos que se encuentran, líneas que convergen en ese arrebato embriagador que llamamos amor, donde surge el ansiado “nosotros”. Los caminos se funden, parecen ser uno mismo, indivisibles, dónde ya no distinguimos dónde terminas y dónde empiezo. El entusiasmo inicial no es eterno, por más que intentemos prolongarlo; es un espejismo, se esfuma al querer atraparlo. La vida nos envuelve en su rutina y el camino que parecía ser uno solo, vuelve a su estado original. Tú y Yo. Con firme decisión y una pizca de suerte, revisamos la brújula y la ajustamos para andar cada uno en su sendero, conservando la propia esencia; a veces muy de cerca y otras tantas de lejos, pero mirando hacia la misma dirección, en paralelo. La esperanza que da sentido a la existencia es que, de cuando en cuando, un nuevo momento de arrebato logrará que nuestros caminos se crucen y vuelvan a ser uno mismo, aunque sea por breves instantes, dándonos fuerza para sobrellevar la monotonía. Y así, en sincronía, transcurren los días uno a uno y se van sumando; nos alejamos, nos acercamos, andando en la misma dirección. Uno de los senderos da un giro inesperado, se atraviesan obstáculos, grandes o pequeños, que separan los caminos y nos hacen revisar el plan de viaje. Estiro y aflojas, me adapto y me aceptas, decidimos seguir caminando juntos, esperando que al final del tiempo, la suma de los días se convierta en ese “para siempre”… mientras dure.

6 comentarios:

  1. el concierto seguro fue fuente de inspiracion...

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  2. Que lindo, ese paralelismo, ese caminar juntos, no uno sobre el otro, ni uno arrastrando o empujando al otro, símplemente paralelos pero en el mismo camino, hacia la misma meta.

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  3. Y así, tus huellas acompañarán a las mías, del mismo tamaño, del mismo grosor. Porque sabemos que sólo así, la línea de nuestras vidas tendrán el mismo destino.

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  4. Palomilla, Incitatüs, me encantaron sus aportaciones.

    Realmente me siento muy afortunada de haber recorrido casi media vida acompañada y de la mano de alguien a quien amo y admiro. Mi gran maestro de la vida y el amor, con quien aprendí que no es lo mismo estar enamorado que amar y quien me regaló a mis dos hermosas "hadas" que siempre revolotean a mi alrededor y a través de quienes me he asomado a ver la vida desde otra ventana.

    No habrá rosas ni poemas, pero no los necesito (aunque no estaría de más recibir una serenata aunque sea una vez en la vida, nada más para saber qué se siente...) Es reconfortante poder estar con alguien en completo silencio, sin sentirte incómodo.

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  5. "con quien aprendí que no es lo mismo estar enamorado que amar" EXACTO!! porque enamorarse, a riesgo de parecer amargada como siempre, sólo es proceso químico de nuestro cuerpo en el que se liberan muchas sustancias que nos hacen sentirnos en las nubes,mientras que amar es precisamente eso que tú describes.

    Me gusta mucho tu sitio, tienes razón, ambas nos ponemos exteriorizar nuestros mundos internos, sólo con el afán de colocar las ideas, las emociones y los sentimientos en su lugar adecuado...por eso me gustó la descripción de tu blog, me sentí plenamiente identificada.

    Y como suelo ser bastante metiche, aquí me verás seguido. Hasta pronto y suerte con ese amor.

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  6. Una suave ráfaga de viento recorrió mi mundo interno y aunque es invisible a los ojos, se siente. Dejó inspiración con el eco de sus murmullos.

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Agradezco las aportaciones del exterior para enriquecer mi Mundo Interno: