18 de mayo de 2010

La fuente de la eterna juventud







Caminaba entre las islas de productos de belleza en una tienda departamental, dirigiéndome hacia la salida, cuando una hábil vendedora de sueños me interceptó abruptamente. Con mirada penetrante, me cuestionó acerca de mi régimen de cuidado facial. “Agua, jabón y protector solar”, respondí titubeando inocentemente. “¿No utiliza ningún producto anti-edad?” – me preguntó la señorita con cara de asombro y ojos desorbitados. 

Inmediatamente corrió a traerme un folleto informativo y me mostró un pequeño tarro lleno de grandes promesas. La publicidad decía: “A menos que tengas prisa por aparentar tus años, te presentamos la primer crema desaceleradora de edad”. El nombrecito me recordó los inventos del Dr. Chunga, demasiado bueno para ser cierto.

Persuasivamente la vendedora me dijo que al comprar la crema me regalaría un montón de cosméticos y una coqueta bolsita para guardarlos; y bueno, confieso que la compré. No creo en los productos milagro, así que realmente no tenía grandes expectativas; aún así, me apliqué la crema esa misma noche. A la mañana siguiente ¡oh sorpresa! La crema sí me devolvió mi cutis de quinceañera. Amanecí con un inconfundible brote de juventud en mi rostro: barros y espinillas. ¡Vaya fuente de juventud eterna!

7 comentarios:

  1. Ya se que el anecdota es triste y la experiencia te quito varios billetes de tu cartera, pero debo admitir que me hizo reir mucho... jajajajaja... no te apures.. eso quiere decir que aun no necesitas esas cosas.... se feliz.. bye

    ResponderEliminar
  2. Cuando tu abuelita tenía como 70 años le preguntaron lo mismo pero queriendo descubrir su secreto... respondió lo mismo pero claro sin el protector solar, ¡cómo le extraño que se admiraran de que se lavara la cara!
    Mejor el remedio de Pimpón... que se lava su carita con agua y con jabón.

    ResponderEliminar
  3. Uy, no, esos recuerdos de juventud ya no los queremos (y menos a causa de una crema, ji).

    Un abrazo ;)

    ResponderEliminar
  4. Acabo de escuchar que los fabricantes de productos de belleza y cosméticos se especializan en hacer que las mujeres se odien, odien su cutiz, odien su cuerpo, odien su edad. Es la única forma de vender sus productos.
    Ojalá que todas nos aceptemos como somos...saludables sí, pero no cortadas con el mismo molde que alguien dice que debe ser el ideal.

    ResponderEliminar
  5. Ja ja ja ja... ¡yo estaba ansioso por que revelaras el nombre! ja ja ja ja... ¿alguna recomendación eficaz?

    Yarko

    ResponderEliminar
  6. Ahooora, despierta la mujer que en mí dormía... JAJAJA.

    Pues esta quinceañera ya tiene chambelán principal, pero me hacen falta otros 14, así que ya te apunté. Luego te aviso dónde son los ensayos coreografiados y dirigidos por el mismísimo Milton Ghio.

    Yarko: ¿cuento contigo?

    ResponderEliminar

Agradezco las aportaciones del exterior para enriquecer mi Mundo Interno: